El triclosán es un químico ampliamente usado como bactericida en productos de cuidado personal como son: jabón, desodorante, pasta de dientes; también lo encontramos en ropa, juguetes, entre otros. El amplio uso que actualmente se le da ha incrementado la exposición de las personas al químico a largo plazo, suscitando inquietudes sobre los riesgos potenciales relacionados con el uso de este ingrediente durante el transcurso de toda una vida.
Investigadores de la Universidad de California en Davis y la Universidad de Colorado, en Estados Unidos han publicado estudios acerca del triclosán, donde se revelan posibles efectos negativos para la salud. A continuación se presentan conclusiones de algunas de las investigaciones realizadas referentes al triclosán:
Altera las funciones musculares. El triclosán tiene el potencial de interactuar directamente con los canales intracelulares que median la liberación del calcio, necesarios para el acoplamiento excitación-contracción en el músculo esquelético y cardíaco.
Puede perturbar la señalización endocrina y la función inmune. En un estudio realizado para evaluar el impacto del triclosán en parámetros inmunes, se encontró que altos niveles de triclosán en la orina analizada está directamente relacionada con presencia de alergias en la persona.
Inhibe la actividad carboxilesterasa, enzima presente en diversos tejidos que participa en reacciones metabólicas.
Contribuye a la resistencia bacteriana, sin embargo, en este caso aún no se cuenta con suficiente información para evaluar el nivel de riesgo.
Actualmente se investiga el potencial de desarrollar cáncer de piel después de una exposición a largo plazo al triclosán, aún no se completa el estudio.
El triclosán, junto con otros químicos presentes en jabones antibacteriales, despertaron la preocupación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), debido a los estudios que sugieren que pueden contribuir a la resistencia bacteriana a los antibióticos y pueden tener efectos inesperados sobre las funciones hormonales. Por ello la FDA dio a conocer el 2 de septiembre de 2016 la regla definitiva donde se prohíbe la comercialización de los jabones antisépticos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés) que contengan ciertos ingredientes activos, entre ellos el triclosán. Además la FDA asegura que no hay evidencia de que el triclosán ofrezca beneficios para la salud, o que los jabones antibacterianos con este producto sean más eficaces que el jabón regular.
La regulación sólo incluye aquellos jabones antibacterianos, ya sean de tocador o líquidos para el cuerpo, que se utilizan con agua. No se aplica a los desinfectantes de manos, toallitas para las manos o los jabones antibacterianos que se utilizan en los entornos de atención médica, como hospitales. Los fabricantes tendrán un año para cumplir con la regla y retirar los productos del mercado o cambiar su composición (eliminar los ingredientes prohibidos).
El 15 de octubre se celebrará el día mundial del lavado de manos y este año el lema es el formar el hábito de lavarse las manos. Un hábito es una acción repetida con regularidad que tiene lugar en el mismo escenario en el tiempo, con la consideración o el mínimo esfuerzo. En pocas palabras, un hábito es una conducta automática que se percibe como una segunda naturaleza.
¿Porqué hacer del lavado de manos un hábito?
En lo que va del 2016, 5.9 millones de niños menores de 5 años murieron, el 9 por ciento de las muertes infantiles son causadas por enfermedades diarreicas. Casi la mitad de estas muertes podrían prevenirse a través de un comportamiento fácil y eficaz: el lavado de manos con jabón. El lavado de manos no sólo previene la diarrea, también es eficaz contra la neumonía, la lucha contra las infecciones, e incluso juega un papel en la mejora de la nutrición.
Formación de hábitos
Existen componentes claves para la formación de hábitos, uno de ellos son las señales ambientales.
Las señales ambientales se utilizan para desencadenar los procesos de toma de decisiones inconscientes de un individuo para provocar un comportamiento deseado.
Podemos utilizar las señales ambientales para ayudar a crear el hábito del lavado de manos en las personas. Por ejemplo, es importante contar con estaciones de lavado de manos funcionales con agua y jabón en ubicaciones físicas estables, convenientes para los momentos críticos de lavado de manos. Si las estaciones de lavado de manos son visibles, accesibles, y situadas en un lugar adecuado, sirven como señales ambientales para recordar a las personas a lavarse las manos.
Una buena ubicación para una estación de lavado de manos, por ejemplo, sería inmediatamente fuera del sanitario, por lo que la gente lo verá al salir y al pasar por delante o a un lado de ella, será más probable que se lave las manos.
Cuando las estaciones de lavado de manos están ocultas, o lejos de los lugares donde suceden actividades que deben estar asociadas con el lavado de manos, son menos susceptibles de ser utilizadas y no servir como una señal ambiental.
Otro ejemplo de señales ambientales son el uso de calcomanías de huellas en el piso que guíen del sanitario a la estación de lavado de manos.
El día mundial del lavado de manos es una oportunidad para diseñar, probar y replicar formas creativas para animar a la gente a lavarse las manos con jabón en los momentos críticos. Además de aumentar el conocimiento y la comprensión de la importancia del lavado de manos con jabón como una forma eficaz y asequible para prevenir enfermedades y salvar vidas.
¡Únete a la celebración!