Si bien, en el mundo, la mayoría de las enfermedades transmitidas por alimentos son ocasionadas por peligros biológicos (microorganismos), la presencia de contaminantes químicos también afecta a los consumidores debido a que estos pueden ser la causa de enfermedades crónicas. Los peligros químicos pueden estar presentes de manera natural o bien, ser adicionados durante el proceso en cualquier etapa. Hay muchos tipos de peligros químicos, incluso aquellos que, al ser consumidos en cantidades significativas pueden: inhibir la absorción y/o destruir nutrientes, ser carcinogénicos, mutagénicos, teratogénicos, o bien, pueden ser tóxicos y causar enfermedades severas, incluso la muerte. Enseguida te explicamos cuáles son los compuestos químicos de mayor interés para la salud, y que, por esta razón, debe ser controlado y regulado su uso.
Aditivos alimentarios
Esta categoría es el mayor grupo de compuestos químicos utilizado en la elaboración de alimentos. Los aditivos se agregan al proceso de alimentos de forma intencional con varios objetivos: modificar características físicas, químicas, biológicas, organolépticas, entre otras; lo que hace que los aditivos formen parte de la composición del producto final. En general, estas son algunas funciones:
  • Antiespumante.
  • Antihumectante.
  • Antioxidante.
  • Colorante.
  • Conservador.
  • Edulcorante.
  • Espesante.
  • Estabilizante.
  • Entre otras muchas funciones más.
Coadyuvantes

Los coadyuvantes de tecnología son aquellas sustancias o materias que se emplean intencionalmente en la elaboración de materias primas, alimentos o sus ingredientes, para lograr una finalidad tecnológica durante el proceso, pudiendo dar lugar a la presencia no intencionada, pero inevitable, de residuos o derivados en el producto final.

Algunos ejemplos de coadyuvantes son:

  • Catalizadores.
  • Fermentos biológicos.
  • Agentes de coagulación.
  • Agentes de movilización de enzimas.
  • Gas para embalaje.
  • Nutrientes para levaduras.
  • Entre otros muchos ejemplos más.

El uso de aditivos y coadyuvantes debe ser controlado. La Comisión del Codex Alimentarius utiliza las evaluaciones de inocuidad realizadas por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, en inglés) para fijar las dosis máximas de uso de aditivos (y coadyuvantes) que se pueden utilizar en los alimentos y las bebidas. Una vez que el JECFA ha determinado que un aditivo es inocuo y que se han establecido sus dosis máximas de uso en la Norma General del Codex para los Aditivos Alimentarios, se deben elaborar y aplicar reglamentos alimentarios en cada país para que esa sustancia se pueda utilizar en la práctica.

Contaminantes químicos
Son sustancias indeseables presentes en el alimento, resultado de la operación en el cultivo de vegetales, cría de animales, tratamientos zoo o fitosanitarios, o bien, como resultado de contaminación ambiental o de equipos usados en la elaboración y/o conservación del alimento. Algunos ejemplos son:
  • Metales pesados: Metales como cobre o plomo de tuberías o soldaduras, pueden contaminar el alimento causando intoxicación por metal pesado. El material de embalaje también puede contaminar el producto con estos metales.

En los EUA, el uso de plomo en latas y bifeniles policlorados (PCB) en embalajes de cartón no está permitido, sin embargo, todavía se usa ese tipo de material en otras partes del mundo. Los metales pesados y los isótopos radioactivos del ambiente también pueden encontrarse en alimentos, generalmente transportados por el agua. Un ejemplo de eso es el nivel de mercurio en pescados capturados en lagos y ríos.

  • Plaguicidas químicos: La producción, distribución, venta y uso de plaguicidas químicos (insecticidas, rodenticidas, fungicidas, herbicidas, reguladores de plantas, deshidratantes, etc.) debe ser muy controlada en la producción de alimentos. Se ha observado que el creciente uso de estas sustancias químicas en la agricultura y en la producción animal aumenta la posibilidad de contaminación química de los alimentos producidos en todo el mundo.

Su uso debe cumplir los límites específicos en cuanto al modo y condiciones de aplicación, concentraciones permitidas, tipo de organismos contra los cuales el producto debe ser usado, restricciones de uso, y exigencias para la distribución. Además, cada plaguicida agrícola debe ser aprobado sólo para plantaciones específicas.

  • Residuos de medicamentos: Los antibióticos y otros medicamentos de uso en animales también son peligros relacionados a las enfermedades transmitidas por alimentos. Los residuos de medicamentos en alimentos pueden causar reacciones alérgicas severas en personas sensibles.
  • Sustancias vegetales naturales: Algunos productos tóxicos de plantas incluyen:
    • La solanina en papas.
    • Hemaglutinina e inhibidores de proteasa en frijoles rojos y chícharos.
    • Cianógenos en carozos (hueso) de frutas.
    • Fitoalexinas en camote y apio.

Afortunadamente, varios de esos compuestos son eliminados con los métodos de preparación. Por ejemplo, la solanina es eliminada cuando se retira la parte verde de la cáscara de la papa. Semillas y carozos de frutas conteniendo cianógenos generalmente se descartan. Las hemaglutininas e inhibidores de proteasa en semillas de plantas crudas se modifican por la cocción con calor húmedo, dejando de ser perjudiciales para la salud

  • Sustancias químicas creadas por el proceso: Las sustancias creadas durante el procesamiento incluyen aquellas formadas cuando la carne es asada excesivamente sobre carbón y los compuestos formados cuando la grasa o el aceite se calientan excesivamente y durante mucho tiempo (acrilamida, hidrocarburos policíclicos aromáticos, aminas heterocíclicas).
Toxinas naturales
Toxinas asociadas a mariscos Pescados y mariscos pueden contener algunas de las toxinas conocidas por su potencialidad para causar enfermedades en el consumidor. Estas toxinas no son afectadas por la cocción y no hay antídotos o antitoxinas que reduzcan su toxicidad. El mejor control es obtener pescados y mariscos certificados por un proveedor seguro, que hayan sido capturados en aguas seguras (áreas bajo vigilancia) y el almacenamiento de esos productos se haga en condiciones que no permitan el deterioro.

Ejemplos:

  • Ciguatoxina.
  • Escombrotoxina o intoxicación por histamina (por consumo de pescado de la familia Scombroide).
  • Tetrodotoxina (por consumo de fugu o pez globo).
Toxinas asociadas a hongos (micotoxinas) Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos de forma natural por algunos tipos de mohos. Los mohos productores de micotoxinas crecen en numerosos alimentos, tales como cereales, frutas desecadas, frutos secos y especias. Su crecimiento puede tener lugar antes o después de la cosecha, durante el almacenamiento o en el mismo alimento en entornos cálidos y húmedos. La mayoría de las micotoxinas son químicamente estables y persisten tras el procesamiento de los alimentos.

Ejemplos:

  • Aflatoxinas (por ingerir alimentos contaminados con cepas del hongo Asperigillus flavus y Aspergillus parasiticus).
  • Ocratoxina A (producida principalmente, pero no sólo por Aspergillus ochraceus. Encontrada en el café.
  • Patulina (producida principalmente por Penicillium patulum, encontrada en la manzana y en productos de trigo).
  • Tricotecenos, zearalenona y fumosinas (producidas por hongos del género Fusarium y otros géneros relacionados)

Ejemplos:

  • Aflatoxinas (por ingerir alimentos contaminados con cepas del hongo Asperigillus flavus y Aspergillus parasiticus).
  • Ocratoxina A (producida principalmente, pero no sólo por Aspergillus ochraceus. Encontrada en el café.
  • Patulina (producida principalmente por Penicillium patulum, encontrada en la manzana y en productos de trigo).
  • Tricotecenos, zearalenona y fumosinas (producidas por hongos del género Fusarium y otros géneros relacionados)

Ejemplo:

  • Amanitina, giromitrina, orellanina, muscarina, ácido iboténico, muscimol, psilocibina, coprina, entre otros.
La mayoría de los peligros químicos que se mencionan en este artículo no pueden ser eliminados de los alimentos a través de la limpieza o la cocción. Están presentes en las materias primas y en algunos procesos de forma inherente, y en muchos casos, la mejor estrategia es el control de las condiciones de compra, producción, cosecha, procesamiento y almacenamiento para evitar o minimizar la contaminación del alimento. Fuentes www.paho.org who.int fao.org